jueves, 4 de abril de 2013

El Calambre Petrolero (Episodio 1)


No es novedad decir que en los últimos años la producción petrolera en nuestro país ha caído estrepitosamente. Tampoco es noticia decir que las reservas probadas de hidrocarburos se desplomaron en los últimos años. Es todavía menos novedoso resaltar la adicción al petróleo que padece el Gobierno Mexicano. Sin embargo, recientemente, me ha parecido impactante observar estos tres gráficos:





Ahora, seguramente usted, brillante lector, se preguntará cómo es que el Gobierno Mexicano no está en banca rota si los ingresos petroleros representan casi el 40 % del total de ingresos del gobierno federal. La respuesta es sencilla: El precio del crudo se disparó (hacia arriba, obviamente) justo cuando México pasaba por tan escabroso bache--y en el 2009 "la libramos" gracias a la estrategia de cobertura de Don Agustín Carstens. Observe la gráfica:


Espero haberlo asustado. Si no lo hice, permítame intentarlo de nuevo: casi 40% del gasto del gobierno federal proviene de ingresos petroleros; la producción petrolera se desplomó 33% de 2005 a 2009; las reservas probadas de hidrocarburos cayeron en 45% en los últimos 12 años; y, para agregar el toque aterrador, el actual nivel de ingresos petroleros se debe a los elevados precios del petróleo, los cuales son lo más parecido a una “caminata aleatoria” (término añejo que se puso de moda con el texto famoso de Eugene Fama “Random Walks in Stock Market Prices” que básicamente se refiere a que los precios son impredecibles).

Confieso que, con el propósito de espantarlo, omití información relevante que le hace mucha justicia a la administración de Juan José Suárez Coppel. Por ejemplo, la paraestatal mexicana logró estabilizar la producción petrolera gracias a la atinada estrategia—y a los altos precios del petróleo que la hicieron rentable—de desarrollar pozos maduros para compensar la caída en la producción que, como podrá ver en el gráfico siguiente, provino principalmente de Cantarell:



Con dicha estrategia Suárez Coppel y Compañía lograron incrementar la tasa de reemplazo de las reservas a más del 100% (el crecimiento de las reservas probadas es mayor a la producción en términos absolutos) durante el año 2012:



Después de haber hecho justicia a la administración pasada de la paraestatal, regresemos al escenario escabroso: aún suponiendo que los precios del crudo se mantendrán estables en los próximos 6 años, la única forma de mantener la producción en sus niveles actuales es explotando reservas en aguas profundas y no convencionales (gas de lutitas y esas cosas exóticas, pues). Como usted habrá de saber, querido lector, los costos de exploración y desarrollo de estas reservas son altísimos debido a los requerimientos tecnológicos y niveles de riesgo, y PEMEX no cuenta con los recursos ni el portafolio de proyectos (para diversificar riesgos) para su desarrollo.   Otra grafiquita:




Como usted ya ha leído, escuchado o visto, éste es el escenario—con un poquito más de detalle—que ha impulsado a nuestros políticos a proponer otra reforma energética. Ahora, para no hablar en el vacío, me permitiré en la próxima entrada del blog, describir qué otros cambios se lograron en el sexenio anterior y cuáles, según mi humilde opinión, son los grandes retos que tiene la paraestatal para la siguiente reforma energética. ¡Hasta la próxima entrada!

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